martes, 19 de abril de 2011

DUCHA

La mujer había llegado con el tiempo justo para darse una ducha. Se sacó la ropa y corrió tiritando hacia el baño, en seguida giró la perilla 'caliente'. La fuerza del agua golpeó en el suelo de la bañera, la habitación comenzó a llenarse de vapor. Con una mano sintió la temperatura del agua, luego introdujo de a poco su cuerpo hasta quedar completamente dentro. El vapor había empañado los azulejos, el agua estaba a temperatura ideal. La mujer se relajó y estiró el cuello, se enjabonó los hombros, tomó una bocanada de aire y la soltó, aflojándose. El agua de la ducha le masajeaba las cervicales, era lo que necesitaba para recuperarse antes de la próxima sesión. Comenzó a sentirse adormilada y aún más cansada que antes. Se recostó en la bañera con la cabeza apoyada, sintiendo cómo las gotitas caían sobre sus muslos en forma de lluvia. Trató de tomar aire entre el vapor pero no la encontró, no había oxígeno en aquella habitación. Inhaló desesperada y exhaló unas cuantas veces, sentía cómo las gotitas pasaban por su garganta, entraban en sus pulmones y volvían a salir. Quería respirar. Trató de levantarse para cerrar la perilla pero el sueño la vencía, quiso abrir una ventana pero no lograba pararse. El cuerpo no le respondía, quería gritar pero también quería dormir. Quería salir de la bañera pero sus ojos comenzaban a cerrarse. Y sus ojo se cerraron... Las gotitas caían sobre sus muslos en forma de lluvia. No había oxígeno en aquella habitación.

1 comentario:

  1. no entraba hace rato y me re gusta entrar y leer y que escribas tan genialmente.
    besos!

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