viernes, 27 de noviembre de 2009

Uno de mis favoritos de Larkin

Prestatyn Soleado

Vení a Prestayn soleado
reía la chica del póster,
arrodillada en la arena
en blanco y tieso satén.
Detrás de ella, un buen pedazo
de costa; un hotel con palmeras
parecía expandirse desde sus muslos
y brazos abiertos que alzaban sus pechos.

Fue golpeada un día de marzo.
Hace unas semanas, y su cara
quedó desdentada y bizca;
enormes tetas y una entrepierna fisurada
fueron buenos blancos, y el espacio
entre sus piernas contuvo garabatos
que la ponían limpiamente a horcajadas
de una verga tuberosa y un par de huevos

autografiados Titch Thomas, mientras
que alguien había usado un cuchillo
o algo para tejear justo a través
de los labios y los bigotes de su sonrisa.
Era demasiado buena para esta vida.
Muy pronto, un gran desgarro atravesado
dejó sólo una mano y algo de azul.
Ahora se lee: Luchemos contra el cáncer


Philip Larkin. Sunny Prestatyn, en TWW

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Sé lo que eres. Entierra lo que no eres

Un sordomudo se inclinó sobre el mostrador de la oficina de cobranzas. El empleado tendió la mano con la palma hacia arriba. Y se miraron.
El sordomudo oyó los pies de la gente que corría y corría. Alargó la mano hacia el empleado, en la misma posición. Y se miraron.
Apretó la otra mano en el borde del mostrador. Apretó también los dientes. Dominó su jadeo y buscó a tientas con el pié una moneda en el suelo.
La gente corría, llegaba corriendo de todas partes. La multitud se había reunido rápidamente. Ninguno de los dos sabía de donde habían salido todos ellos, pero todas las caras se agrupaban en el mismo lugar. Podía olerles los alientos, los olores mezclados de mucha gente que aspira y aspira el aire que otros hombres necesitan para vivir.
Los dos olvidaron la posición en la que estaban y se agazaparon a ambos lados del mostrador.
El empleado tragó saliva. Le sangraba la nariz.
El sordomudo guardó silencio.
El reloj de la oficina dio las 8. Las luces empezaron a parpadear hasta apagarse.
En la más absorbente oscuridad, el empleado y el sordomudo tuvieron miedo. La multitud abrió la boca.

martes, 17 de noviembre de 2009

Y después Bobby Fischer desapareció. Sin más






Nada de lo que le ha ocurrido al Gran Maestro podría entenderse sin dar marcha atrás en el tiempo, hasta un día de mayo de 1949 en que recibió como regalo un tablero de ajedrez en su Chicago natal. La obsesión del pequeño Bobby por descifrar aquel juego le llevó a incomunicarse del mundo, y su madre, preocupada por su carácter antisocial, puso un anuncio en el diario local Brooklyn Eagle preguntando por niños de su edad que tuvieran la misma afición.

La «partida del siglo», como sigue siendo conocido el duelo Fischer-Spassky, enfrentó al todavía muy joven estadounidense de 29 años y al campeón del mundo y entonces líder de una generación de estrellas del ajedrez entrenados a conciencia por el régimen soviético. El encuentro fue un episodio más de la Guerra Fría en el que los rusos denunciaron que los americanos habían instalado aparatos electromagnéticos en la sala para desorientar a su jugador y el pueblo estadounidense, desde el presidente Nixon a los millones de americanos que no habían jugado jamás al ajedrez, se olvidó por un momento del béisbol para apoyar a su genio.

El dinero le sobraba, pero lo despreciaba. Una vez se hubo retirado en el mejor momento de su carrera, el vacío dejado por el ajedrez lo ocuparon las lecturas sobre conspiraciones y teorías racistas que, como libros de caballería quijotescos, fueron agravando sus fantasías.

Dicen quienes lo conocen que el Gran Maestro del ajedrez, que el próximo marzo cumpliría 62 años, ha sido traicionado por su propia mente. Su caso recuerda al del matemático y esquizofrénico John Nash, nobel de Economía, cuya vida está también marcada por una mente que nunca llegó a controlar del todo. Fisher, prófugo de la justicia estadounidense, olvidado y neurótico, vivió exiliado entre Tokio y Manila, donde se casó con una filipina 40 años menor y tuvo una hija. Casi todos sus amigos le han abandonado y en el mundo del ajedrez crece la opinión de quienes creen que ha perdido el juicio.

El ajedrecista filipino Eugene Torre es una de las pocas personas que mantienen contacto con Fischer, de quien dice que es un hombre incomprendido. «Es honrado y honesto, un pedazo de ser humano».¿Loco? «Es un hombre de principios, lo sé porque le conozco desde hace muchos años. Está perfectamente cuerdo, pero sus opiniones son polémicas y hacen que la gente crea que está desequilibrado. Le han hecho mucho daño», dice Torre, que asegura no saber dónde se encuentra Fischer ahora mismo.

Falleció el jueves 18 de enero de 2008 a los 64 años, (tantos años como casillas tiene el tablero de ajedrez) en Reikjavik (Islandia) a causa de una enfermedad renal.

Los primeros 7 reyes de Roma

RÓMULO
Existen varias versiones de la muerte de Rómulo, bien arrebatado por los cielos en medio de una tempestad provocada por su padre Marte o bien asesinado por unos senadores conspiradores. Moriría en el 717 a. C. Acabará divinizado y adorado bajo la advocación de Quirino.

NUMA POMPILIO
Numa concluyó su reinado en absoluta paz, poco después de haber cumplido los ochenta años y luego de cuarenta y tres reinado. Su vida fue apagándose poco a poco a causa de la vejez y de una dulce enfermedad.

TULIO HOSTILIO
Según cuenta la leyenda, las acciones belicosas de Tulio Hostilio acabaron con la paciencia del dios Júpiter, quien, encolerizado, le mató con su rayo. Pero el historiador Tito Livio cuenta que fue muerto a manos de los nobles que no estaban muy contentos con su mandato. Su reinado duró 32 años.

ANCO MARCIO
Tras 24 años de reinado murió posiblemente de muerte natural, como su abuelo antes que él, siendo recordado como uno de los grandes pontífices de Roma.

TARQUINO EL ANTIGUO (O TARQUINO PRISCO)
Murió asesinado por dos pastores escogidos por los dos hijos de Anco Marcio como venganza a la infamia que Tarquino el Antiguo había promovido para alejarlos del trono.

SERVIO TULIO
Fue asesinado por su propia hija Tulia. Su muerte fue todo un escándalo en su época. Tulia conspiró junto con su amante Lucio Tarquinio, más tarde conocido como el Soberbio. El rey fue acorralado en una calle estrecha situada en el Civus Orbius y fue arrollado por el carro conducido por Tulia, quien pasó por encima de su padre varias veces hasta convencerse de que efectivamente había muerto.

TARQUINO EL SOBERBIO
El oráculo le vaticinó que moriría aplastado por una casa. Durante su exilio en Tusculum y en Cumas, curiosa, y trágicamente, falleció al ser golpeado por el caparazón de una tortuga, que fue soltado por un quebrantahuesos desde el aire.

3 mujeres

Tres mujeres de colores
Caminaban por la calle
La negra se llamaba Blanca
Y tenía un piloto rojo
La blanca se llamaba Celeste
Y tenía un piloto azul
La amarilla se llamaba Jorgelina
Y tenía tuberculosis

martes, 10 de noviembre de 2009

El Corderito

Cuando éramos más chicas, mi hermana y yo, antes de Navidad comprábamos un corderito. Lo manteníamos en el patio de la casa. Le poníamos nombre, por ejemplo, Luchito. Lo queríamos, le dábamos pastito, mucho cariño. Nos pasábamos abrazados todo el tiempo. Era nuestro mejor amigo. El corderito. Era hermoso con su lanita suave y blanca. Se dejaba querer, lo queríamos. Era lo mejor de la vida. Lo sacábamos a pasear, con un lazo para que no se escapara. Era maravilloso. La verdad que todos en la casa lo amábamos. Luchito era nuestro motivo y razón de existir. La abuela me decía ‘andá a ver cómo está Luchito’, y yo partía corriendo al patio para ver a mi amigo Luchito, el corderito. Lo alimentábamos muy bien. Era el centro de nuestra atención. Era el ser viviente más importante de nuestra casa y de mundo.

Luego llegaba el 25 de Diciembre y todos estábamos muy contentos. Matábamos a Luchito y la verdad que era exquisito.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Idolos menores





Hoy ví una luz y pensé que era un pucho. Miro la naturaleza con los ojos de una naturalista, que desea clasificar las cosas para satisfacer una curiosidad intelectual. Me acerco al mundo con intereses meramente pragmáticos o técnicos. Estamos todos acostumbrasdos a dividir nuestra vida en dos esferas, la práctica y la teórica, y al hacer ésta división facilmente olvidamos que existe junto a las dos una capa más honda. El Hombre primitivo no es víctima de tal olvido, su visión de la naturaleza no es puramente práctica ni meramente teórica: es simpatética.

domingo, 8 de noviembre de 2009






Excuse me, are you all right?
I’m just listening to the pavement
Oh, and have you heard anything yet?
Not yet, it’s a quiet night


What are you doing?
I’m just admiring the view
Can you help me? I can’t reach my walking stick.


What’s you name dear?
Sammy, who looks after you?
I look after myself, who looks after you?


Nighty night, don’t let the beddy bugs bite

sábado, 7 de noviembre de 2009





"(...) No esperaba que viniese el Peeping Tom, pero mi lámpara de lectura era llamativa en el oscuro vecindario, y opté por encender las luces de la entrada y me senté de nuevo con el libro de Lin Yutang. Al oír el ladrido del perro de los Barstow, dejé a un lado el libro y miré al ventanal para asegurarme de que mi espía no había venido o de que, si venía, yo lo viese antes que él a mi.
No vi nada, nada en absoluto, pero al cabo de unos minutos experimenté aquel terrible endurecimiento de los músculos, aquella certeza de que me estaban observando. Volví a tomar el libro, no con intención de leer, sino de demostrarle que su presencia me era indiferente. Hay muchas otras ventanas en el cuarto, por supuesto, y por un instante me pregunté cuál habría escogido esa noche como observatorio. Entonces lo supe, y el hecho de que estuviese detrás, de que estuviese a mi espalda, me asustó y me exasperó, y me levanté de un brinco sin apagar la luz y vi su cara en la estrecha ventana por encima del piano."










John Cheever, La Cura

viernes, 6 de noviembre de 2009





"Antes de que Ralph pudiera echar a correr el negro le golpeó con fuerza el estómago, y cuando Ralph gimió y se dejó caer hacia adelante, el negro volvió a golpearle en la nariz con la mano abierta. Ralph cayó hacia atrás contra el muro, y fue derrumbándose hasta quedar sentado en el suelo,con una pierna doblada bajo su peso, y se incorporaba ya trabajosamente, cuando el negro le alcanzó en plena cara con la mano abierta y lo derribó contra la acera."
















Raymond Carver, ¿Quieres hacer el favor de callarte por favor?





El sábado tengo una fiesta
De disfraces
Me voy a disfrazar de mujer desnuda.
Así que fui a alquilar un culo
Una concha y un par de tetas.
Los precios eran tan caros
Que decidí hacerlo yo misma
Cuando me saqué la ropa
Para probarme la desnudez
Descubrí que todo mi cuerpo
Me quedaba sin gracia alguna
Que desgracia
Creo que me voy a disfrazar mejor
De mujer vestida

Honky Tonk

"¡Más puta es tu mamá!". El alumno cayó al piso. Del punzón caía una gota oscura. Ese mediodía dos policías la despertaron otra vez con una asistente social.

jueves, 5 de noviembre de 2009

UNA TELENOVELA PARA GENTE NEGRA

Personajes:

- Guasona (empleada doméstica)
- Sambayona (hermana de Guasona)
- Suave (maestro de salsa)
- Tersuave (primo de suave)
- Raquel Rosa Romero (una piba)
- Mauricio (mujer fatal)
- La gata Araceli (gato mascota)
- Espíritu de la gata Araceli (alma en pena)
- Esther (fruto prohibido)
- Villa Elvira (la patrona)


Capítulo 1

Acción:

NOCHE/INTERIOR/MANSIÓN VILLA ELVIRA

Guasona. (53 años. Descendiente de africanos esclavos) / Mira por la ventana/ Mira a la cámara/ Mira la hora de su reloj pulsera
DIÁLOGO: "Esos ciruelos ya están comenzando a florecer"

La Gata Araceli. (Blanca y audaz) / Aparece moviendo la cola. Se restrega contra la pantorrilla negra de su ama.
DIÁLOGO: “Miau”

Guasona. / Mira la gata. Se sienta sobre ella y comienza a acariciarla.
DIÁLOGO: “Te amo Araceli”

La Gata Araceli. / Se retuerce asfixiada. La rasguña pero no puede salirse.
DIÁLOGO: “Meeeaaaaauuuuu!!”
Muere

Guasona. / Mira el gato muerto, despavorida. Rompe el llanto. Recupera la calma.
DIÁLOGO: “Hay que comprar papas porque ya no hay”
Sale. Camina por la vereda al anochecer. Divisa una figura humana. Se acerca.

CORTE 1

NOCHE/EXTERIOR/CALLE DESPOBLADA

Mauricio. / (Travesti de las calles que se perfila como la "femme fatale" de la telenovela) / Revolea un portafolio.
DIÁLOGO: “¿Quiero ser amada por alguien?”

Guasona. / Saca de su bolsillo un pañuelo y se suena la nariz. Mira a Mauricio de arriba a abajo.
DIÁLOGO: “Te quedaban mejor las botas blancas”

Mauricio. / Mira su bota roja. Mira a Guasona. Mira la otra bota. Vuelve a mirar a Guasona. Le acaricia la cabeza.
DIÁLOGO: “Tuve que ponerme una de cada color. Las rosas se las presté a Pinocho, y las blancas a Pinochett”

Guasona. / Se toca la cabeza donde Mauricio la había acariciado. Le agarra la mano. Se comienzan a besar.

CORTE 2

NOCHE/INTERIOR/MANSIÓN VILLA ELVIRA

(Mientras tanto en la Mansión Villa Elvira...)

Villa Elvira. (Mujer grande de alta alcurnia que llamó a su mansión como ella misma) / Camina en círculos alrededor de una copa de oro. Se detiene. Comienza a caminar otra vez pero en dirección contraria.
DIÁLOGO: “¿Dónde estará esa maldita Guasona?”
Sigue caminando. Sin quererlo se topa con el cadáver de la gata Araceli, que yacía ensangrentado en el suelo. Su cara se desfigura de la impresión y cae desmayada.

Guasona. / Entra a la mansión y ve a su ama y a su gata tiradas una al lado de la otra. La gata estaba muerta pero la patrona todavía respiraba. Camina esquivando los cuerpos hasta su habitación. Se quita la peluca y se acuesta a dormir.

CORTE 3

NOCHE/INTERIOR/HABITACIÓN DE LA MANSIÓN

(3:53 AM – Irrupción en la noche cálida)

Espíritu de la Gata Araceli. / Aparece flotando sobre la cama de Guasona. Su cuerpo ya no es el de antes. Ahora es liviano y transparente.
DIÁLOGO: “Soy un alma en pena porque tu me has matado. Maldita bastarda, te comeré el peluquín”

Guasona. / Abre los ojos y se incorpora en la cama. Se frota los párpados y mira al espíritu con cara de dormida.
DIÁLOGO: “¡Apagá la luz!”
Se vuelve a tumbar en la cama y se queda profundamente dormida. Tiene un sueño bastante peculiar.

CORTE 4 (FINAL)

Continúa…

The Man in Black



"And it burns burns burns".

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Crítico: Sujeto que se jacta de lo difícil que resulta complacerlo, porque nadie pretende hacerlo.

Cuadro: Representación en dos dimensiones de un aburrimiento que tiene tres.

Egoísta: Son todas aquellas personas que tienen muy mal gusto, porque se interesan más por sí mismas que por mí. Persona que no tiene consideración por el egoísmo de los demás.

Futuro: Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.

Ladrón: Comerciante ingenuo.

Nihilista: Ruso que niega la existencia de todo, menos de Tolstoi

Optimista: Doctrina o creencia de que todo es hermoso inclusive lo que es feo; de que todo es bueno, especialmente lo malo; y de que todo está bien dentro de lo que está mal. Es sostenida con mayor tenacidad por los más acostumbrados a una suerte adversa. La forma más aceptable de exponerla es con una mueca que simula una sonrisa.

Solo: en mala compañía

Suficiente: Todo lo que hay en el mundo, siempre que a usted le guste.

Vida: Especie de salmuera espiritual que preserva al cuerpo de la descomposición

Amor: Locura temporaria que sólo se puede curar mediante el matrimonio, o bien, alejando al doliente de los influjos bajo los cuales ha adquirido el mal.





Ambrose Bierce; Diccionario del diablo

Damn the language

No inteligir: entender
Yo me llamo
Pero vos no tenés que llamarme
Perdón
Adgalle me fascinaba

Un cuento casi completo

Siempre he disfrutado de las conversaciones, ya sea formando o no parte me ha intrigado el ritmo que tienen ciertas personas para combinar fonemas e ideas. Me considero una gran conversadora, mas conmigo misma que con otros. Se entenderá con ésto lo que me duele la indiferencia. Ya me he encontrado en reiteradas oportunidades monologando acerca de temas, los cuales declaro, rotundamente y sin alegatos, que no me interesan. A lo mejor me hubiera gustado ser otra narración, pero no habré de preocuparme pues cualquier inconveniente que surja con los personajes, los pondré a llorar. Ésta noche, mientras soporto la intrusión de un murciélago negro y peludo que revolotea sobre mis ideas, me propongo contar la historia de mi existencia. Que la escuche quien tenga ganas. Aunque probablemente no la escuche nadie.

Padezco de 3 nombres. Me llamo Bill, George y Sue, y quizás ésto otorga algo de ambiguo a mi personalidad, aunque todavía no se bien por qué. A lo mejor se lo deba a un conocido tema de Johnny Cash, pero no nos adelantemos a los hechos, todo se irá ordenando en el curso de la narración, y si las limitaciones de espacio no me permiten explayarme, lo continuaré en otra ocasión.

Mis padres murieron siendo yo apenas un bebé, y no me dejaron más que aquellos 3 nombres. A falta de hermanos mayores o algún otro pariente cercano, fui criada por una tía abuela soltera que vivía en una granja. Viví con ella hasta mi muerte. Ignoro el nombre de mi asesino. Según un compañero a quien acoso con frecuencia, el Diccionario de la Real Academia, se trata de una entidad biológica potencialmente patógena, cuya condición de vida todavía es tema de debate entre los que saben. Mi pobre cuerpo estaba enfermo de cáncer, hecho más desgraciado para mi tía que para mi. Recuerdo los gritos que daba en las duras noches de agonía. Cáncer de pulmón, fumaba como doce fábricas del primer mundo. Igualmente el cáncer no fue el motivo de mi muerte. Desgraciadamente era tuberculosa, y eso es algo algo más complicado, sobre todo para mi tía, que tenía que cuidarse mucho de no ser afectada por los esputos ensangrentados que largaba en momentos de tos profunda y carraspera. Por suerte una vértebra dislocada aumentaba mis motivos de lamento, dejando de lado la ceguera y los dolores de estómago recurrentes. Pero ahora estoy mejor, muerta y enterrada. La sífilis acabó conmigo. Me encontraron seca en una reposera, con la mirada apuntando hacia las nubes, y quemaduras de tercer grado repartidas entre la cara y los brazos. Y después vinieron los preparativos para el velorio y un montón de otras tías que lloraban pero cuyos nombres e historias hoy no vienen al caso. No puedo decir que no viví plenamente.

ἐξηγεῖσθαι

Guiar hacia afuera