domingo, 11 de julio de 2010

Diálogos en BurgerKing

3





-¿Querés que te explique?- le preguntó Nina. Se refería a la conversación que habían iniciado antes de que ella se levantara a buscar la coca-cola. -Mirá esto- prosiguió, y llamó a la chica del escobillón.
-¿A qué hora cierran?
-¿Que a qué hora cerramos?
-Sí. Quiero saber a qué hora cierran. ¿Sos sorda o pelotuda?
-Bueno, no te enojes. Cerramos a las nueve, pero yo siempre me quedo haciendo cosas después de hora.
-Qué mierda me importa. Gracias. Chau.
A juzgar por la expresión de la recién llegada, Mara supuso que con gusto habría seguido la conversación, pues no parecía nada ofendida por los modales de Nina.
-¿Cómo te llamás? Inquirió Mara.
-Fernanda.
-Que nombre mas boludo- agregó Sheena.
Mara no hizo caso a la intromisión.
-¿Hace mucho trabajás acá?
-Unos meses, pero también estudio, estoy terminando la secundaria.
-Sí, y también la primaria- volvió a intervenir Sheena
Mara comprobó que tenía su misma edad, y eso la sorprendió, sus ritmos de vida eran en algún punto parecidos, pero a la vez muy diferentes, y mucho más diferentes que los de Sheena y Nina.
-No, la primaria ya la terminé, pero el año que viene quiero entrar n la Facultad de Medicina.
-Si si si, seguí barriendo Doctora- le contestó Sheena con la antipatía que la caracterizaba. –Andate nomás. Aire.
La chica se fue caminando lento. Con humildad de sonámbula. Parecía medio tonta, medio simple, algo que Mara reconoció de ella misma.
-Las hacen en serie- prosiguió- trabaja, estudia, deberíamos haberle preguntado si tiene novio.
-Que crueles son. ¿No se dieron cuenta acaso que la chica esa no era como ustedes? No tenía intenciones de discutir, ni mucho menos de ser agresiva. Hablaba de su vida como si fuera lo mas natural, y mas violenta si se quiere que la de ustedes. Es otra forma de tomar la palabra.
-¿Y cómo es entonces?- preguntó Sheena que por primera vez mostraba un interés genuino por las palabras de Mara.
-Yo creo que se parecía bastante a mí. En medio de mi incertidumbre sólo puedo identificar que, en realidad, su presencia las hace palidecer, mucho más de lo que habrían imaginado. Eso es lo único que puedo entender.
-Eso significa que no entendés nada.
-Yo creo entender algo, un poco.
-No digas pavadas. Nada de esto es importante. Todo es inútil.
-¿Es inútil?- se quedó pensando- Eso quiere decir que hay otras cosas que son útiles. Díganme cuáles.

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